Más sobre los juguetes argentinos







Finalmente, puede conseguirse ya en Mar del Plata el excelente libro de Daniela Pelegrinelli, "Diccionario de Juguetes Argentinos", infancia, industria y educación 1880-1965.
Editado por "El Juguete ilustrado editor", se trata de un trabajo impecable donde prácticamente se hace referencia a todos los jugutetes que en casi un siglo pasaron or las manos de los argentinos.
Se señala en dicho trabajo que "los juguetes ingresan en la vida cotidiana de los niños con una función de transmisión que, si bien no les es exclusiva, contribuye a imprimir en los que acaban de llegar al mundo una serie de pautas sociales y culturales. Su uso, las convenciones que determinan su flujo en el interior del universo infantil, las prescripciones que guían la actitud de los adultos respecto de ellos moldean las innumerables situaciones de juego, de consumo y de sociabilización que se tejen en torno de este objeto que ha contribuido a nombrar la infancia desde hace varios siglos".



"Sin duda -señala Pelegrinelli-, los juguetes anudan significados entre las generaciones y crean identidad entre individuos de una misma generación, simbolizan y encarnan un clima de época, la visión que una sociedad tiene de su presente y de su futuro y el lugar que los más jóvenes ocupan en ese proyecto. Como objetos de un pasado siempre embellecido por la nostalgia, se reinscriben en un nuevo mercado: atraen a los coleccionistas y quedan atrapados en la lógica de la colección. El coleccionismo permite que muchos juguetes sean conservados, pero también echa al olvido a otros, desvalorizados por no tener un lugar previamente asignado en las colecciones. Ni ingenuo ni sujeto al gusto del mercado coleccionista, este trabajo recupera juguetes ignorados y fábricas pequeñas, se resiste a valorar sólo aquello que ya sido valorado, rescata historias y detalles. Toma al juguete enlazado indefectiblemente a los procesos que impulsa, el mensaje que transmite, el juego que suscita, la infancia que describe y conforma y por esa razón prefiere, por ejemplo, designar transferencia de tecnología o adaptación a lo que el coleccionismo suele llamar copia. Si entre los juguetes que fueron fabricados en el país se pueden contar con los dedos de una mano los absolutamente originales, no es menos cierto que entre la copia exacta y la absoluta originalidad se extiende un vasto territorio de variaciones, adaptaciones, metamorfosis, ajustes, correcciones y transformaciones leves o profundas".
Asimismo, apunta que desde la perspectiva patrimonial o histórica, "todos los juguetes son igualmente memorables y su valor deja de ser igual a su precio. Así como tampoco se puede establecer de antemano qué juguetes son mejores o peores en ese momento en que el niño establece al jugar con ellos una relación eventual y plena de libertad donde no cabe instituir ningún tipo de jerarquía".



En tanto, remarca la autora del excelente diccionario que "como objeto producido por la actividad humana, cada juguete es un documento, porta información sobre las acciones que han recaído sobre él para fabricarlo, hacerlo circular y usarlo. Esos procesos han dejado sus huellas y nosotros podemos, a fuerza de observación y análisis, descubrir lo que nos dicen respecto de necesidades y relaciones humanas, de costumbres y creencias. Pero, sobre todo, podemos llegar a vislumbrar cómo era la vida de los niños que vivieron antes que nosotros".